La otra muerte

Estilo y técnica

En «La otra muerte», Borges se muestra como un maestro de la prosa lacónica y polifónica, donde cada palabra está pulida y cargada de trasfondo filosófico. Su lenguaje es contenido, pero rico en alusiones y metáforas que generan una atmósfera de inestabilidad de la realidad y del tiempo. El autor utiliza hábilmente recursos de espejeo y repetición, permitiendo que los acontecimientos y destinos de los personajes se reflejen unos en otros, como en un caleidoscopio de la memoria. La estructura del cuento recuerda a un laberinto: la narración no es lineal, sino fragmentaria, con frecuentes digresiones y regresos, lo que subraya el tema de la multiplicidad de destinos posibles y la relatividad de la verdad histórica. Borges entrelaza con destreza elementos de crónica y testimonio personal, borrando los límites entre lo documental y lo ficticio, y su estilo refinado genera una sensación de mística incertidumbre, donde pasado y presente se funden en un solo instante.