Historia universal de la infamia
Estilo y técnica
El estilo de Borges en «Historia universal de la infamia» se distingue por su precisión filigrana y exquisita concisión, donde cada palabra está pulida como una joya. El lenguaje de su prosa está impregnado de alusiones, reminiscencias históricas y una fina ironía, lo que otorga al relato una profundidad intelectual especial. El autor utiliza magistralmente metáforas y paradojas, creando una atmósfera de misterio y ambigüedad, y sus frases a menudo resuenan como aforismos. La estructura del libro es mosaica: los relatos conforman un panorama insólito de vicios y pasiones humanas, donde cada episodio es una miniatura autónoma, pero juntos forman un tapiz único atravesado por el tema de la ambigüedad de la naturaleza humana. Borges juega con maestría con las formas de género, combinando elementos de crónica, ensayo y parábola, lo que le permite moverse libremente entre la precisión documental y la invención artística. Su narración se construye sobre contrastes, sorpresas y sutiles matices psicológicos, y la distancia narrativa y la ironía convierten la crónica del crimen en una reflexión filosófica sobre la naturaleza del mal y el destino humano.
