El abanico de Lady Windermere
Estilo y técnica
La obra «El abanico de Lady Windermere» de Oscar Wilde es un claro ejemplo de comedia de costumbres, en la que el autor utiliza diálogos ingeniosos y sátira para criticar a la alta sociedad. El estilo de Wilde se caracteriza por su sofisticación y elegancia, empleando hábilmente paradojas y aforismos para resaltar la hipocresía y la dualidad moral de la época victoriana. El lenguaje de la obra está lleno de metáforas e ironía, lo que permite una mayor comprensión de los personajes y sus conflictos internos. La estructura de la obra está claramente organizada: la acción se desarrolla en cuatro actos, cada uno de los cuales sirve para el desarrollo gradual de la trama y la intriga. Wilde utiliza simbología de manera magistral, como el abanico como símbolo de reputación y opinión pública, lo que añade profundidad y capas al relato. Recursos literarios como el contraste y la repetición ayudan a intensificar el efecto dramático y subrayar los temas clave de la obra, como el honor, la traición y el perdón.
