El séptimo encuentro
Estilo y técnica
El estilo de Herbjørg Wassmo en «El séptimo encuentro» se distingue por una delicada poesía y una emocionalidad contenida, donde cada palabra parece cuidadosamente medida. El lenguaje de la novela está impregnado de metáforas e imágenes que transmiten el mundo interior de los personajes y la atmósfera de la naturaleza del norte, que se convierte en parte inseparable de la narración. La autora utiliza magistralmente los monólogos internos, permitiendo al lector adentrarse en los pensamientos más íntimos de los personajes, y la estructura fragmentada del relato, basada en la alternancia de tiempos y puntos de vista, crea una sensación de mosaico y profundidad. Wassmo entreteje hábilmente en la trama la simbología y los detalles que revelan los temas de la soledad, la memoria y el amor no realizado, mientras que los diálogos lacónicos y las pausas entre líneas subrayan el dramatismo y la tensión de las relaciones humanas. Así, la novela se presenta como un lienzo artístico finamente construido, donde cada trazo está lleno de significado y emoción.
