Retrato de una dama
Estilo y técnica
La novela «Retrato de una dama» de Henry James se caracteriza por su estructura compleja y la profunda elaboración psicológica de los personajes. James utiliza un lenguaje refinado y sutil, lleno de detalles y matices, que permite al lector sumergirse en el mundo interior de los protagonistas. Una de las características clave del estilo es el uso del monólogo interior y el discurso indirecto libre, lo que ayuda a revelar los pensamientos y sentimientos de los personajes sin la intervención directa del autor. James emplea magistralmente el simbolismo y las metáforas para subrayar los temas de libertad, elección y autodeterminación. La estructura de la novela está cuidadosamente diseñada: comienza con una introducción lenta al mundo de los personajes, desarrollando gradualmente la trama y profundizando el conflicto, lo que permite al lector observar la evolución de la protagonista, Isabel Archer. El autor también utiliza el contraste entre el Viejo y el Nuevo Mundo para explorar las diferencias culturales y sociales que afectan el destino de los personajes. En general, el estilo de James en «Retrato de una dama» se caracteriza por su elegancia y profundidad, lo que convierte a la novela en una de las obras destacadas de la literatura mundial.
