La Aguja
Estilo y técnica
La novela «La Aguja» de William Golding se distingue por su estructura compleja y profunda simbología. El estilo del autor se caracteriza por la densidad y riqueza del lenguaje, lo que permite crear una atmósfera de tensión y dramatismo. Golding emplea numerosos recursos literarios, como el simbolismo y la alegoría, para transmitir los conflictos internos y las búsquedas espirituales del protagonista, el decano Jocelin. La estructura del relato es no lineal, lo que permite al autor explorar diferentes capas temporales y experiencias internas de los personajes. Se presta especial atención a la descripción de los detalles arquitectónicos de la aguja, que se convierte en el símbolo central de la novela, reflejando las ambiciones y aspiraciones espirituales del protagonista. El lenguaje de la obra está lleno de metáforas y símbolos, lo que hace que el texto sea multifacético y abierto a diversas interpretaciones. Golding transmite magistralmente la tensión psicológica y las contradicciones internas, utilizando tanto eventos externos como monólogos internos de los personajes.
