Diario del año de la peste
Estilo y técnica
El estilo narrativo de «Diario del año de la peste» se distingue por una sorprendente sobriedad y precisión, como si el autor llevara una crónica y no escribiera una novela. Defoe utiliza magistralmente la forma pseudodocumental, creando la ilusión de un diario auténtico de un testigo, lo que otorga al texto una veracidad y tensión especiales. El lenguaje de la obra está impregnado de detalles, descripciones de la vida cotidiana, de las calles de la ciudad, de los destinos humanos y de los miedos diarios, lo que permite al lector sentir la atmósfera de un Londres asolado por la peste. El autor evita la emotividad excesiva, prefiriendo la constatación seca de los hechos, pero es precisamente este distanciamiento lo que genera un profundo dramatismo. En la estructura del relato predomina el principio de la crónica: la narración no sigue las leyes clásicas de la trama, sino que avanza con el paso del tiempo, señalando los acontecimientos importantes, los cambios en el ánimo de los ciudadanos, la propagación de la enfermedad. Defoe entreteje hábilmente en el texto historias insertadas, testimonios, rumores, lo que da a la narración polifonía y volumen. Entre los recursos literarios destacan especialmente los motivos recurrentes de miedo, soledad, esperanza y desesperación, así como el frecuente recurso a estadísticas, listas, descripciones de rutas y observaciones, lo que crea un efecto de precisión documental y refuerza la sensación de realidad de lo narrado.
