James y el melocotón gigante
Estilo y técnica
Roald Dahl en «James y el melocotón gigante» utiliza un lenguaje vívido e imaginativo que ayuda a crear una atmósfera mágica y fantástica. El estilo del autor se caracteriza por su ligereza y juego, lo que hace que el libro sea accesible y entretenido para los niños. Dahl a menudo emplea aliteraciones, rimas y repeticiones para dar musicalidad y ritmo al texto. Recursos literarios como la hipérbole y la metáfora ayudan a resaltar la singularidad y el carácter de cuento de hadas de los eventos. La estructura de la historia es lineal, con un desarrollo claro de la trama: desde el inicio, donde James recibe los cristales mágicos, hasta el clímax y desenlace, cuando los héroes llegan a Nueva York. Los personajes son vívidos y memorables, cada uno con sus rasgos y características únicas, lo que añade profundidad y variedad a la narración.
