Doctor Criminale
Estilo y técnica
El estilo de Malcolm Bradbury en «Doctor Criminale» se distingue por una ironía refinada, impregnada de sutil sátira sobre la vida académica y política de la Europa de finales del siglo XX. El lenguaje de la novela es rico en matices: el autor combina magistralmente el juego intelectual con una prosa ligera y casi etérea, repleta de alusiones, referencias culturales y diálogos ingeniosos. Bradbury utiliza con destreza recursos posmodernos, desde el juego con la perspectiva narrativa hasta la deliberada mezcla de géneros, donde la intriga detectivesca se entrelaza de forma natural con reflexiones filosóficas sobre la verdad y el mito. La estructura de la novela recuerda a un mosaico complejo: la narración avanza alternando escenas, cambiando ritmos y estados de ánimo, así como a través de los monólogos internos del protagonista, creando un efecto de laberinto intelectual en el que el lector debe buscar sus propias respuestas. Bradbury emplea con maestría la ironía, la parodia y el grotesco para revelar las contradicciones de la sociedad contemporánea, y su lenguaje, cargado de metáforas y observaciones sutiles, convierte cada párrafo en una declaración artística en sí misma.
