La terrible cosa que le pasó a Barnaby Brocket

Estilo y técnica

John Boyne construye la narración con la elegancia de un verdadero cuentacuentos, combinando la sencillez de la literatura infantil con profundos subtextos. El lenguaje del libro es ligero, transparente, lleno de una suave ironía y un humor sutil, lo que permite al autor abordar temas complejos a través de la mirada infantil. El texto está repleto de metáforas vivas y comparaciones expresivas, que otorgan a la narración una especial riqueza de imágenes y una gran carga emocional. Boyne utiliza magistralmente motivos y símbolos recurrentes —como el vuelo y la ingravidez— que se convierten no solo en una característica física de Barnaby, sino también en una metáfora de la diferencia, la soledad y la búsqueda de un lugar en el mundo. La estructura del relato es lineal, pero está enriquecida con flashbacks e historias insertadas que revelan el mundo interior del protagonista y su entorno. El autor alterna hábilmente episodios dinámicos con digresiones líricas, creando un ritmo narrativo armonioso. Se presta especial atención a los detalles, que dan vida a los personajes y dotan a la atmósfera del libro de un auténtico aire mágico, mientras que el lenguaje resulta vivo y expresivo.