El absolutista
Estilo y técnica
La novela «El absolutista» de John Boyne está escrita con una contención asombrosa y una tensión interna, donde cada frase es precisa y está cargada de dramatismo latente. El lenguaje es conciso pero a la vez refinado, lleno de matices psicológicos y de imágenes metafóricas que permiten al lector adentrarse en las emociones de los personajes. El autor utiliza magistralmente el monólogo interior, dando voz al protagonista de manera sincera y conmovedora, mientras que los flashbacks y las retrospectivas se integran de forma orgánica en la narración, creando una estructura compleja y estratificada. Boyne maneja con destreza las pausas y lo no dicho, dejando espacio para la interpretación del lector, y su atención al detalle y a la atmósfera de la época otorga al texto una autenticidad y una carga emocional especiales. La estructura de la novela alterna entre presente y pasado, intensificando el dramatismo y la tragedia del relato, mientras que el uso de la simbología y los motivos recurrentes aporta profundidad y un sentido filosófico a la historia.
