De otro modo conocida como Sheila la Grande
Estilo y técnica
Judy Blume construye magistralmente la narración en primera persona, permitiendo al lector adentrarse en la esencia del mundo interior de Sheila Tubman. El lenguaje del libro es vivo, lleno de matices coloquiales, lo que da al relato sinceridad y espontaneidad. La autora utiliza con destreza el humor, la autoironía y observaciones sutiles sobre los detalles cotidianos, creando una atmósfera de diálogo de confianza entre la protagonista y el lector. La estructura de la obra se basa en la alternancia de episodios, cada uno de los cuales revela nuevas facetas del carácter de Sheila, sus miedos, sueños y aspiraciones. Blume integra de forma natural monólogos internos, diálogos y descripciones vívidas que permiten sentir la atmósfera del verano y la amistad infantil. Recursos literarios como la repetición, la hipérbole y la ironía refuerzan la respuesta emocional y subrayan la individualidad de la protagonista. Toda la obra está impregnada de ligereza y calidez, y la composición dinámica mantiene el interés del lector de principio a fin.
