Lo que toda mujer sabe
Estilo y técnica
El estilo de James Matthew Barrie en «Lo que toda mujer sabe» se distingue por una ironía sutil, una sencillez refinada y una observación delicada. El lenguaje de la obra está impregnado de un humor suave, que revela compasión por las debilidades humanas y una profunda comprensión de los movimientos del alma de los personajes. Barrie utiliza magistralmente la forma dialogada, permitiendo que los personajes se revelen a través de un habla viva y natural, llena de matices y subtextos. La estructura del relato se caracteriza por una composición clara: la acción se desarrolla de manera fluida, las escenas se suceden con precisión teatral y los monólogos internos y acotaciones crean una atmósfera íntima y recogida. El autor emplea con destreza recursos de análisis psicológico, subrayando con sutileza la fuerza invisible de la intuición y sabiduría femeninas, que se convierte en el motor de los acontecimientos. El tejido literario de la obra está compuesto por detalles ligeros, casi etéreos, que generan una sensación de transparencia y profundidad, y cada réplica y gesto de los personajes está cargado de significado oculto, lo que confiere al texto una expresividad y un encanto singulares.
