- El hombre con sus miserables pasiones y deseos, con su vanidad y orgullo, con su amor y odio, con sus esperanzas y temores, —todo eso no es nada ante el eterno océano. El lobo de mar
- Él era el rey, el líder, y todos lo sabían. La llamada de lo salvaje
- La fuerza es derecho, y el derecho es fuerza. El lobo de mar
- El amor, el verdadero amor, era algo nuevo para él. La llamada de lo salvaje
- ¿La vida? ¡Bah! No vale la pena hablar de ella. El lobo de mar
- Era salvaje y libre, y ese era su derecho de nacimiento. La llamada de lo salvaje
- No creo en Dios, pero creo en el hombre. El lobo de mar
- La ley del garrote y el colmillo era la única ley para él. La llamada de lo salvaje